lunes, 10 de junio de 2013

Cómo dar un masaje erótico a una mujer (y no morir en el intento)

Los hombres estamos a costumbrados a leer y releer artículos y consejos sobre cómo tocar a una mujer, dónde tocarla, cómo provocarla el mejor de los orgasmos, etc... y aunque muchos de esos artículos sean muy interesantes y nos descubran cosas que no sabíamos, leerlo sólo nos proporciona un conocimiento teórico que cuando lo ponemos en práctica vemos que no conseguimos el objetivo y nos frustramos rápidamente. Otros de esos artículos, los menos, son más explícitos al ir acompañados de vídeos demostrativos o fotografías, pero al final conseguimos más de lo mismo.

¿Por qué ocurre eso? Pues generalmente por dos motivos:
El primero sencillamente es que todos esos consejos y trucos están indicados para que todo lo que te descubren de nuevo lo practiques. El conocimiento sin experiencia de campo no sirve de nada, pues la mujer (al igual que los hombres) aunque muestre generalidades cada una tiene sus gustos, sus preferencias y reacciona de distinto modo a cada estímulo. E incluso, a pesar de lograr una gran experiencia y haber practicado hasta la saciedad todos y cada uno de los trucos y consejos que has leído, puedes encontrarte con una mujer a la que todo lo que le hagas no le produzca más placer que un amante novato.

Y esto nos lleva al segundo error y el más importante a mi modo de ver: El egocentrismo. Ya no sólo el querer ser el mejor amante del "mundo mundial", sino el que se lo digan, el que las mujeres hablen de sus habilidades amatorias. Esto provoca que se pongan en práctica los consejos leídos con precipitación, llevando a la frustración porque no sale a la primera.

¿Entonces qué se puede hacer? En mis talleres, además de enseñar cómo dar un masaje erótico, también doy algunas indicaciones que compartiré con vosotros y que espero que os ayude un poco. Son cuatro:

Primero: Elimina todo tipo de egocentrismo. Si quieres dar un masaje a una mujer y que realmente disfrute, hazlo por ella, no por ti. Tiene que gustarte de verdad querer hacerla disfrutar. Y por supuesto, al acabar no preguntes. Que ella sienta que es un regalo, no tu examinadora. Entrégate y no esperes nada a cambio.

Segundo: Prepara el ambiente. No es lo mismo decirle a tu pareja que vas a darle un masaje (que de todos modos le gustará) a que entre en una habitación con velas, música suave y un bote de aceite en la cama o donde hayas pensado realizar el masaje. De esta manera sólo tendrías que decirle que se quite la ropa.

Tercero: La relajación de la mujer antes del masaje es muy importante. Algo que funciona bien y que es muy placentero, además de ir excitándola, es un baño o una ducha donde tú seas quien la enjabone. Pero una advertencia: Los genitales sólo rózalos, no los toques ni te detengas ahí. Estás empezando y no importa si ella te toca y acaricia a ti, lo que queremos es que su energía sexual se active y comience a aumentar. La forma de hacerlo depende de tu imaginación, pero suele ser muy sensual que ella te de la espalda y tu enjabones su espalda haciendo círculos con tus manos sin olvidarte de la nuca, después su abdomen, sus pechos pegándote a ella, que sienta tu pene pero evitando que se dé la vuelta y roce directamente tu pene con su vulva. Aprovecha para utilizar algún consejo que hayas leído o te hayan recomendado.

Cuarto: Antes del masaje, haya habido ducha previa o no, debes tener en cuenta una serie de indicaciones. No hay prisa por nada. Piensa siempre en ella. Olvídate de ti y de tu pene al menos durante una hora. Por supuesto que puedes excitarte con lo que ves y con lo que sientes, pero deja tu mente en blanco y no te pongas expectativas. Simplemente disfruta de lo que haces y de su placer.

Y ahora comienza el masaje. Aquí puedes aplicar todo lo que sepas sobre masaje, tantra, lo que hayas visto en vídeos, lo que hayas leído, pero sobre todo déjate llevar, fluye, no importa cuantas veces repitas el mismo pase. Lo importante del masaje es que sea lento pero profundo. Tranquilo y envolvente. Comienza boca abajo y por las piernas, dedícale un rato al interior del muslo pero sin llegar a rozar su vulva. Mueve tus manos desde los tobillos hasta los hombros y viceversa. Masajea despacio sus nalgas, en círculos, amasando... pasa a la espalda y haz movimientos de ida y vuelta, regresando siempre por los costados para rozar sus pechos, dejando entrar un poco la yema de tus dedos por debajo de ella. Trabaja su cuello con suavidad, su cabeza... dale la vuelta y repite los movimientos desde los tobillos hasta los hombros. Juega con mas profundidad con el interior de sus muslos. Comienza a rozar levemente su vulva. Masajea su pubis, haz círculos sobre su abdomen, pasa las manos desde su pubis hasta sus hombros pasando por el esternón sin tocar los pechos y baja por los costados. Después de varios pases incluye sus pechos. Párate en sus pezones y dibuja círculos con tus yemas muy suave, pellízcalos con delicadeza. Pasa tus manos de arriba a abajo y de abajo a arriba por todo su cuerpo. No te olvides de sus manos y brazos. Masajea profundamente las palmas. Hazlo todo con mucha calma, obsérvala y repite más tarde lo que la hace suspirar. Y cuando veas que su respiración es muy agitada, que se contonea, y que le has dedicado al menos 40 minutos al masaje, pasa a masajear su vulva. Coloca una mano apoyada sobre sus labios, y deja que sienta el calor de tu mano durante unos segundos. Entonces con el pulgar y el índice masajea uno de sus labios mayores durante un minuto, luego pasa al otro. Para y pasa tus manos por su cuerpo, sus pechos y vuelve ahora a repetir lo mismo. Coloca tu mano cubriendo toda su vulva de nuevo. Y masajea esta vez sus labios internos de uno en uno. Después juega con su clítoris pero por encima del capuchón que lo cubre, no lo toques directamente. También puedes jugar alrededor de él. Acaricia la entrada de su vagina. Primero con un dedo y luego con dos. No los introduzcas sólo juega. A partir de aquí puedes continuar acariciando su clítoris, introducirle los dedos y masturbarla o hacer lo que más te apetezca: Sexo oral; colocarte encima, besarla durante un buen rato y luego hacer el amor,... eso ya es a libre elección.

Las indicaciones que acabo de dar para realizar el masaje no dejan de ser consejos muy generales, que seguramente ya hayas leído en otros sitios o te parecerán similares a cosas que ya has intentado. Lo que yo quiero con esto es que cojas la esencia:
Masajeala, tócala y acariciala con mucha paciencia, pensando únicamente en ella y en su placer. Dedícale tiempo, no tengas prisa. De esta manera no importa cuán hábil seas masajeando o cuántas técnicas amatorias conozcas. Ella siempre disfrutará de todo lo que le hagas y sabrá recompensarte. Además de que la harás muy  feliz.

6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias por tu comentario! Me alegra que te haya gustado.

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  2. Es verdad que fácilmente podemos caer en el egoísmo a la hora de realizar un masaje y querer quedar bien. Me gusta la indicación!

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  3. Buenos consejos, la verdad que cada persona es un mundo, hay que adaptarse a cada una de ellas, no existe ese "masaje perfecto" sino el masaje perfecto para cada una de ellas! gracias!

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  4. Gracias por las recomendaciones, intentaré estar a la altura y aplicar estos consejos para que mi novia se quede como nueva

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  5. Completamente de acuerdo con tus consejos, lo importante es hacerlo con pasión y esfuerzo para lograr los mejores resultados, enhorabuena por el blog

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