viernes, 16 de agosto de 2013

Reconocer un bloqueo

Aurora, como ya sabeis, es una psicóloga que me ayuda en mi trabajo asesorandome y guiándome en algunas cuestiones y además es colaboradora de este blog. Los que ya sois seguidores del blog, habreis podido leer "el viaje de Aurora" que ha ido presentándonos en varias partes y donde nos cuenta su experiencia sobre el masaje para mujeres desde el punto de vista tanto personal como profesional. Aún le queda al menos una parte más de su viaje por enseñarnos, pero a la espera de que nos la envíe, quisiera yo hablaros de mis sesiones con ella.


He elegido hablar de las sesiones con ella primero, porque me ha dado permiso para hacerlo; y segundo, porque a muchas mujeres les pasa lo que le pasó a Aurora, y quiero compartirlo por si le sirve de ayuda a alguna mujer que nos lea: Asumir como normal algo que no lo es y por lo tanto no identificarlo como un bloqueo.

¿Por qué nos ocurre esto? A lo largo de nuestra vida, reprimimos y rechazamos determinadas emociones y deseos para asegurarnos el amor de nuestras parejas y su atención o tb para satisfacer las expectativas de una imagen de nosotras mismas construida por la influencia de la sociedad. Esto genera un bloqueo que se manifiesta con emociones negativas que a su vez volvemos a reprimir para no perder la simpatía de nuestra pareja y de los que nos rodean. Se produce así un vacío que nos lleva a llenarlo intentando poseer el amor, buscar reconocimiento y admiración o adquirir bienes materiales, que a la larga nunca nos satisface según lo esperado y nos decepcionamos, por lo que conseguimos una ansiedad que nunca acaba y que no sabemos de donde viene, porque creemos que todo está bien. Nos cuesta llegar a reconocerlo. Y mucho mas cambiarlo. Creemos que es así y nos resignamos.

Aurora y yo llevábamos un tiempo de colaboración, investigando, analizando cada caso, proponiendo mejoras en las sesiones, etc... Cuando me dijo que quería probar el masaje. Por un lado para poder dar una mejor respuesta profesional al saber qué se siente en este tipo de masajes, y por otro lado por curiosidad personal.
Así que concertamos una cita para realizar una primera sesión. En un principio iba a ser una sesión sin un fin terapéutico concreto, pues Aurora supuestamente disfrutaba de una sexualidad sana y satisfactoria y emocionalmente se encontraba centrada y en equilibrio. Asi que le di el masaje y todo pareció ir bien y sin ningún bloqueo aparente que trabajar. Pero este tipo de masaje es muy potente, pues trabaja con la energía sexual y cuando se libera, destapa los bloqueos más profundos y escondidos.

A los pocos días Aurora y yo quedamos para trabajar, pues estabamos creando un taller de sanación emocional-sexual para mujeres y que ibamos a realizar en poco tiempo. Después de un rato nos pusimos a hablar del masaje, qué sensaciones había tenido durante la sesión y sobre todo las sensaciones experimentadas los dos días de después.

Resulto interesante. Comenzamos a hablar del punto sagrado (punto G), pues el masaje de sanación se centra en él principalmente. Hablamos tb del orgasmo a través del punto G. Resultaba que Aurora no lo había experimentado nunca, pero que ella lo achacaba a que no todas las mujeres podían sentirlo. Para ella era normal. Sus orgasmos clitorianos eran muy buenos, asi que tampoco veía un problema el no sentir su punto G. Pero al seguir hablando ella misma fue llegando a una insatisfacción que tenía oculta. Nunca había logrado obtener un orgasmo vaginal con su actual pareja y entendió en ese instante que eso si le preocupaba, aunque no le daba importancia antes, comprendió que si era importante para ella, para su equilibrio emocional y personal. Ella disfrutaba mucho con él, pero la penetración es algo que le gusta mucho y no lograba culminarla con un orgasmo. Estaba siendo consciente de un bloqueo antiguo.

Aurora llegó a esa conclusión a través de un masaje de sanación, pero cualquier mujer puede reconocer sus bloqueos simplemente poniendo conciencia en sus propios sentimientos y sensaciones y evitando negarse lo evidente. Aurora era el orgasmo vaginal, sentir el punto G, pero hay otros muchos bloqueos (cuando queda descartado un problema fisiológico y diagnosticado por un profesional facultativo): falta de deseo sexual, insatisfacción en general, inquietudes, anaorgasmia, miedos y tabués, sólo obtener el orgasmo con la masturbación, o sencillamente no ser capaz de disfrutar o ser multiorgasmica.

Aurora conocía las indicaciones de la sanación sexual, habíamos hablado de ello en muchas ocasiones pero como dije antes, hasta que no recibió el masaje, no fue consciente de su bloqueo. Asi que decidimos realizar otra sesión al día siguiente. Esta vez el masaje tenía un fin concreto.

El masaje fue muy bien. Al haber ya recibido uno, Aurora estaba relajada, entregada y muy receptiva. Hubo mucha comunicación y poco a poco pudimos ir desbloqueando su punto G, liberando su energía sexual hasta que llegó el primer orgasmo. Fue corto pero intenso. A Aurora le costaba reconocerlo como tal, pero a la vez sabía que aquel placer significaba algo, un comienzo. Continuamos pacientemente. El
bloqueo debía liberarse solo, terminar de romperse. Nosotros solamente debíamos estar ahí. Y así llegó el segundo orgasmo. Esta vez si lo reconoció. lo disfrutó. Y después un tercero que terminó por romper del todo el bloqueo. Uno más largo e intenso que los anteriores. Cuando acabó la sesión, le recomendé realizar los ejercicios que recomendamos a las mujeres que acuden a nuestros talleres, y alguna posición sexual para estimular con facilidad el punto G con la penetración.

Días después pudimos vernos de nuevo y hablar sobre el masaje. Aurora ya obtenía (y sigue obteniendo) orgasmos vaginales con su pareja, e incluso ella misma logra estimular su punto G al masturbarse. Ha experimentado un "despertar sexual" que también ha producido un cambio en ella misma, de autoconocimiento y crecimiento personal.  Pero dejemos que sea ella quien nos cuente todo eso en su último viaje.

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