lunes, 30 de septiembre de 2013

Un masaje especial

Hoy me gustaría compartir con vosotr@s un masaje muy especial para mí. Hace unos días realicé una sesión a mi pareja.

Aunque todos los masajes son especiales, pues trabajar con la energía y lograr el "despertar" emocional-sexual de cada mujer que acude a mí hace que así sean, es el primer masaje de sanación que hago a mi pareja y la sesión ha sido tan sorprendente, satisfactoria y sobre todo con un resultado tan inesperado, que ha añadido un nivel más de "magia" a mi trabajo.



También hay algunos masajes que son más especiales que otros, como han podido ser los últimos masajes que he dado durante las pasadas semanas. Quizá sea la experiencia que voy añadiendo masaje tras masaje, las nuevas técnicas que voy introduciendo poco a poco o sencillamente, que cada mujer y cada sesión son únicas, y quizá esa exclusividad es la que lo hace tan especial.

Y el masaje a mi pareja ha sido muy especial no por los sentimientos que nos unen ni el amor que compartimos. Esta circunstancia tan solo provoca que la situación sea divertida. Lo ha sido porque la ayudé a sanar un bloqueo muy antiguo y muy doloroso. Un episodio de su vida que tenía muy guardado dentro de sí misma y que yo desconocía.

En un principio, el masaje lo íbamos a hacer por curiosidad, por compartir mi trabajo y que sintiera cómo funcionaba. También quiso probar porque hace poco se sintió identificada con una de las entradas del blog. Incluso llegó a creer por momentos que hablaba de ella. Así se dio cuenta que son muchas las mujeres que tienen el mismo bloqueo, las mismos sentimientos de culpa y los mismos miedos. Y por todo esto me pidió un masaje de sanación.

Muchas mujeres, a la hora de trabajar con este masaje no suelen contar lo que les sucede, o bien por vergüenza porque creen que sólo les sucede a ellas y nadie las creería o se burlarían (una acción que provoca que el bloqueo crezca aún más dentro de ellas), o bien porque no saben bien qué les ocurre, sólo que se sienten desorientadas y necesitan y quieren remediarlo.

Cuando pasamos por un proceso muy doloroso, angustioso o traumático, tendemos a negarlo y olvidarlo porque así es como si no existiese. Si no lo recordamos y no miramos hacia atrás, no puede hacernos daño. O eso creemos, pero en realidad lo que arrastramos es un bloqueo que nos impide ser libres por completo a nivel emocional, sexual, intelectual o físicamente.

Mi pareja es de las segundas. Aparentemente ella estaba bien, pero arrastraba un peso muy grande. Y yo no lo sabía, nunca lo había contado. Al acabar el masaje, rompió a llorar profundamente. Yo la abracé, estuve a su lado (como hago siempre, acompañarlas en su desbloqueo) y cuando se relajó me senté a su lado. Y entonces lo supe. Me lo contó: A la edad de 10 años, fue víctima de abusos sexuales y un intento de violación.

Cómo sintió el masaje, cómo fue el proceso de desbloqueo, dejaré que sea mi pareja quien os lo cuente con sus palabras y entenderéis porque ha sido tan especial para mi:

"Hola. Aún no encuentro la manera de describir el masaje, pero supongo que a medida que vaya relatándolo irán saliendo las palabras adecuadas, así que voy a intentarlo. Aunque ahora pienso en el masaje y suspiro.

Al comenzar me fue muy difícil poder centrarme y relajarme debido a la relación que me une a Alejandro, pues tumbarme desnuda delante de mi pareja, mientras me toca, me masajea y no pensar en nada más que en lo que sucede dentro de mí, sinceramente cuesta. Pero una vez superado esto, empecé a sentir que me llegaba el aire. Una sensación muy extraña. Era como si antes de ese momento no respirara correctamente. Sentía cómo el aire iba llegando a todos los rincones de mi cuerpo, cómo me llenaba. Y esa sensación de aire llenándome provocaba que sintiera todo de una forma más intensa.

Antes de comenzar el masaje me dijo Alejandro "este es tu momento, disfrútalo", y así hice. Lo disfruté muchísimo, pero no sentí que era sólo mi momento, sentí que era nuestro. No por ser mi pareja. Sentí que era de los dos porque me sentía acompañada y segura todo el tiempo. Aunque tenía los ojos cerrados, me sentía envuelta por su presencia, por sus manos, dándome calor y apoyo. También quiero decir que durante todo el masaje hubo mucha excitación. Era una mezcla de todo.

Pero después de conseguir esa respiración plena, de relajarme, de estar tranquila y dispuesta a todo, sentí cómo agarrada a Alejandro, de su mano, fui capaz de enfrentarme a mi misma. De ser capaz por una vez en mi vida de permitirme aceptar lo que me sucedió hace años. Aceptar que no fue mi culpa, cosa que ya sabía, pero que no aceptaba o no podía. Y por fin pude permitirme sentir ese dolor, enfrentarme a él. Y fue como si al permitirme sentirlo mi alma se abriera y lo dejara escapar, como si me dijera a mi misma: "Ya pasó, ya basta. Siéntelo y déjalo ir."

Pero creí que no podría seguir avanzando. Que después de haberlo sentido no podría dejarlo ir de verdad. Pero si que lo hice. Acompañada por sus manos, por su guía. Y ahí llegó el consuelo. Me llenó. Y entre el aire que seguía invadiendo mi cuerpo y su consuelo, llegaron las lágrimas. Lágrimas que tenía que haber sacado hace mucho y que nunca fui capaz hasta ahora. Y todo gracias a Alejandro y al masaje. Y llegó la paz. Paz conmigo misma.

No se describirlo, pero después del masaje me siento genial. Llena, plena y en paz. Además, siento mis partes continuamente, algo así como una consciencia de mis genitales, de un estado de estoy aquí y estoy bien. En resumen siento mucha paz; mucha mucha paz y plenitud. ¡Estoy llena de aire! Es una sensación muy agradable y reconfortable. Aún dura esa sensación y no quiero dejar de sentirla.

Y todo esto me lleva a pensar por fin en mí. Cosa que, aunque parezca ridículo, prácticamente no lo he hecho nunca. Parece como si se abriera otra puerta más delante de mi. Me siento bien, bien conmigo misma y chicas... ¡es la repera! ¡Gracias Alejandro!

Me parece un masaje maravilloso y se lo recomiendo a todas las mujeres. A pesar de la relación que me une con Alejandro, sería muy injusta y egoísta no hacerlo. Al contrario, lo recomiendo de corazón y a él le animo a que siga con esta labor tan bonita y necesaria para muchas mujeres. Siento que ahora empieza una nueva yo."



No hay comentarios:

Publicar un comentario