En nuestra sociedad actual, a los jóvenes se les enseña todo
tipo de cosas que se consideran importantes para su crecimiento y bienestar.
Pero curiosamente, el cómo desarrollar relaciones amorosas sanas y duraderas no
es una de ellas. Se asume que todos nacemos con el conocimiento, la habilidad y
la capacidad de relacionarnos y amar satisfactoriamente. Y la triste verdad es
que en la pubertad, cuando la sexualidad comienza a despertar y se tienen las
primeras experiencias sexuales, no se tiene ni idea de cómo canalizar
adecuadamente la energía sexual.
La única opción es la de no hablar de ello, suprimirlo y
aparentar que no existe y no nos inquieta. Pero luego cuando se establecen
relaciones más profundas, la mayoría de las personas no disfrutan de sus relaciones
sexuales con plenitud, afrontándolas con miedos, represiones y frustraciones.
Esto provoca que muchas mujeres no logren llegar al orgasmo
casi nunca, algunas no lo conozcan, experimenten dolor o molestias con la
penetración impidiendo que disfruten, tengan falta de líbido, etc. Asumiendo
además que ellas son así, normalizando la situación de tal modo que no buscan
solución.
Pero eso sólo es una máscara, porque la frustración y la
insatisfacción están ahí, bloqueando cada vez más a la energía sexual, haciendo
mella poco a poco y afectando después a las emociones. Es por eso que algunas
mujeres, aun teniendo una vida que la sociedad considera ideal, aunque sean
incluso envidiadas, ellas se sienten tristes, vacías, desilusionadas… y se
frustran más porque no saben a qué es debido. A veces intentan luchar contra
ello y hacen por cambiar la situación, consiguiéndolo muchas veces, pero al
cabo de un tiempo vuelven de nuevo a sentirse igual.
El problema es que saben cómo se sienten, pero no por qué.
Las mujeres que acuden a mis sesiones, cuando les explico cómo funciona la
energía sexual, no asocian (ni entienden) que la insatisfacción sexual que han
ido arrastrando desde adolescentes pueda ser la causa de su estado de vacío y
tristeza. Es más, no suelen admitir que tienen algún tipo de bloqueo de la
energía sexual (porque no lo reconocen como tal). Acuden, después de haber
probado distintas terapias y posibles soluciones, porque quieren poner remedio
como sea a ese estado permanente que las impide sentirse felices con ellas
mismas. Sólo en la segunda sesión son capaces de reconocer su bloqueo y contar
cómo se sienten realmente y lo que les ocurre.
La energía sexual es la energía más concentrada y poderosa
que el cuerpo produce. Y el masaje para mujeres además de eliminar ese bloqueo
energético y mejorar emocionalmente, ayuda a incrementar la sensibilidad en la
zona vaginal, lo que permite percibir nuevas sensaciones durante la penetración
y lograr orgasmos más intensos, conseguir obtener el orgasmo más fácilmente y
acceder a la multiorgasmia. Su objetivo es lograr que la mujer sea consciente
de sus sensaciones y se concentre en sí misma cuando practique sexo (sola o en
pareja), para potenciar la energía sexual y evitar futuros bloqueos.
Después de un par de sesiones de masaje, el libre fluir de
la energía sexual repara poco a poco ese malestar permanente y consigue un
nivel de conciencia más elevado.
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