Según el Tao, tanto por el
universo como por el cuerpo humano circula una energía invisible llamada Chi
(ki en Japón y Prana en India). Esta energía circula por unos canales
energéticos por el cuerpo al igual que la sangre lo hace por las venas y las
arterias. Según la medicina oriental, mientas el cuerpo humano conserve
suficiente reserva de energía y mientras su circulación no se encuentre
alterada, el hombre permanecerá sano física y psíquicamente.
Hay muchos factores que influyen
en la circulación de la energía: cambios climáticos y sociales, cambios
emocionales, tensiones y estrés provocados por el trabajo intelectual o físico,
el tipo de alimentación y la vida sexual que lleve, etc.
No hay una definición exacta de
qué es el Chi ni una verificación científica de su existencia, pero no se puede
negar la eficacia de algunas terapias como la acupuntura basada en esta energía
y sus canales.
(A pesar de esto, casi seguro que cada uno de nosotros cuando hemos
estado haciendo el amor ha experimentado, alguna vez, unas sensaciones
especiales como si algunos flujos, suaves o fuertes, frescos o calientes, se
desplazaran por el cuerpo o por brazos o piernas como cosquilleos. También en
momentos de susto, sobresaltos o pesadillas se puede notar el desplazamiento de
energía recorrernos la espalda y la nuca)
La energía se forma en el
organismo humano a través de la alimentación y el aire que respiramos. A través
de unos procesos que producen en el organismo el estomago y los pulmones
transforman ambas cosas en Chi.
El Chi del organismo es como el
agua que circula por el río o que cae por la catarata; la sexual es la energía
que produce el Chi en circulación. Igual a la energía eléctrica que se obtiene
del agua a través de las turbinas. La energía eléctrica es una consecuencia de
energía del agua, la cual posee la virtud de ser fácil de modificar,
transmitir, acumular, etc.
El Chi sexual es una energía que
se puede acumular y utilizar para diferentes objetivos (incrementar la salud,
la vitalidad, realizar sobreesfuerzos, etc…)
La energía sexual es la energía
más concentrada y poderosa que el cuerpo humano produce. Cuando fluye
correctamente permite engendrar a otro ser humano, intensifica el amor, permite
relacionarnos íntimamente con alguien de manera satisfactoria, potencia la
salud, el bienestar y acelera el desarrollo espiritual. También genera niveles
de conciencia y vitalidad más elevados. Fisiológicamente, permite reparar y
rejuvenecer las glándulas, el sistema nervioso y los órganos. Además, las emociones tienen origen
sexual y se nutren con esa energía, por lo que al distribuirla por todo el
cuerpo influye en una recuperación del bienestar emocional y mental.
El trabajo con la energía sexual mediante
el masaje puede librarnos de muchas insatisfacciones de tipo sexual o
emocional. Lo que ocurre en un orgasmo habitual, es que la energía sexual se
gasta explosivamente y se pierde. La idea del masaje es controlarla para
distribuirla por todo el cuerpo restableciendo el equilibrio energético y
saciando las zonas carentes de energía, rompiendo y eliminando bloqueos. Al
mismo tiempo, se experimenta una relajación y tranquilidad muy notables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario