miércoles, 22 de mayo de 2013

Masaje cuerpo a cuerpo

Hoy he tenido una nueva experiencia dentro del masaje para mujeres. Una experiencia que ha ido más allá del propio masaje, pero que ha sido igual o más terapéutico que el masaje sexual.

Hoy me llamó una mujer de 44 años porque necesitaba un masaje. En principio no quería una sanación sexual sino un masaje erotico sin más; quería sentir y disfrutar de unas manos masculinas. 

Así que después de hablar sobre el masaje que iba a recibir, lo que quería conseguir, lo que le ocurría y cómo lo trabajaríamos, pasamos a la habitación. En esta ocasión el masaje lo realicé sobre futón en lugar de camilla (esto varía según las necesidades de cada mujer).

Comencé el masaje como siempre, con una pequeña toma de contacto y extendiendo el aceite por todo el cuerpo. Y nada más empezar, la mujer me pregunta si podía interactuar conmigo, tocarme, "las piernas nada más". Me extrañé, pues era la primera vez que me hacían una petición así, pero accedí. Al fin y al cabo, estamos en una sesión terapeutica, donde buscamos que la mujer se sienta bien y consiga llegar a la relajación para después experimentar la sanación sexual. Y me alegré de haber aceptado porque fue la manera de que casi al instante, me contara la verdad de su necesidad de recibir este masaje: Su marido es bastante más mayor y por problemas de impotencia de él, llevaba dos años sin tener ningun tipo de relaciones sexuales ocasionándola una frustración que la estaba consumiendo.

Y fue al saber esto cuando se me ocurrió cambiar el masaje. Ella necesitaba mimos, contacto... Estaba claro que necesitaba su orgasmo, liberar tensión, estrés, sacar toda esa energía sexual que la estaba consumiendo... Pero algo me decía que había que cambiar el método. Y me acordé del masaje cuerpo a cuerpo que se ofrecen en centros de masaje eroticos. Se lo comenté y le pareció acertado, le gustó la idea. He de señalar que la comunicación con ella fue muy buena y constante durante toda la sesión, algo que ayuda muchisimo a que el masaje vaya por el camino correcto y se consigan los objetivos.

Me quité la camiseta, me coloqué entre sus piernas (ella estaba boca abajo) y comencé a deslizar mis manos por sus tobillos subiendo hasta sus nalgas, las pasé por la espalda y entonces mi cuerpo siguió a las manos, pasé mi pecho y mi abdomen por las nalgas y toda la espalda mientras mis manos seguian masajeando ahora sus brazos y sus manos. Comencé a resbalar, a llevar mi cuerpo de arriba a abajo y en circulos, usando mis manos a la vez que me deslizaba por su cuerpo. Y poco a poco fuimos entrando en una dinámica que transformó el contacto piel con piel de los mimos iniciales, a un nivel del masaje sexual desconocido para mi, muy diferente pero muy efectivo y satisfactorio.
El aumento de la energía sexual fue muy potente, un despertar intenso, que aumentó aún más al cambiar a la posición boca arriba. El erotismo desatado fue finalmente la sanación que esa mujer buscaba, que necesitaba, y que acabó con la descarga de esa energía sexual acumulada ayudando más todavia a la sanación que en un principio esa mujer creia no necesitar.

Toda la sesión fue para mi diferente, una nueva experiencia pero sobre todo una lección más sobre la energía y la sexualidad femenina, las necesidades y sobre todo la manera en que se satisfacen dichas necesidades.

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